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ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO
Lo cotidiano, las redes y sus interlocutores.

¿Por qué un libro digital?
Rescatar la vigencia de los aportes y contribuir al presente.


Esta nueva edición del libro Acompañamiento Terapéutico -Lo cotidiano, las redes y sus interlocutores-, fue realizada a partir de un riguroso desarrollo de programación acorde a los estándares requeridos para este formato digital (Gustavo Rossi, Edición Acto Terapéutico 2020).
La propuesta es llegar a aquellos/as estudiantes y profesionales que consultan en forma permanente, desde distintas provincias y lugares del exterior, y a quienes prefieren contar con el texto de una manera más ágil y accesible. El aporte de sus contenidos fue reconocido estos años en las capacitaciones sobre Acompañamiento Terapéutico (AT), en Cursos, en formaciones universitarias sobre el tema y en las Tecnicaturas que se desarrollan en instituciones educativas en los últimos años, desde el ámbito público y privado.
El recorrido de sus conceptos principales mantiene plena vigencia, así como el acento planteado en el AT como Práctica de lo Cotidiano, allí donde cada acompañante se construye como un interlocutor fundamental, de aquel que acompaña y a veces de su familia, desde su entorno diario en la comunidad. El libro habla de Redes e Interlocutores: el AT resulta un interlocutor privilegiado para la articulación entre el trabajo comunitario en Red en Salud Mental y la dimensión de la subjetividad, de la singularidad. Así, planteamos que su función se establece en una estrategia terapéutica propia de cada situación problemática, entre el sujeto y sus lazos sociales, donde no alcanza con la atención “psi” de consultorio o la institución. La indicación de AT surge ahí donde un profesional y/o equipo interdisciplinario requiere ampliar los alcances del proyecto terapéutico, para adquirir luego sus contornos y recorridos autónomos, sin deslindar su referencia al equipo o terapeuta tratante.
A su vez, el AT como práctica se ha extendido en lo social en cuanto a sus interlocuciones, con profesiones, disciplinas, ámbitos de trabajo y organismos públicos, que se incluyeron desde las convocatorias que realizamos en distintos Congresos, Encuentros y Jornadas.
Planteamos entonces confrontar esa vigencia con algunos avances que -a manera de “acontecimientos”- se destacan en estos 14 años. Por un lado, nos encontramos en un proceso de profesionalización que se consolida, aprobándose desde el Estado diseños curriculares como producto de diálogos y consensos, que tienden a una formación mediante Tecnicaturas, con sus incumbencias y competencias, junto a regulaciones de esta práctica por parte de las instancias ministeriales correspondientes. Como referencia de estos consensos, destacaría el proceso que llevó a conformar una mesa de trabajo para la elaboración del Diseño Curricular Único de Formación en AT en la Provincia de Buenos Aires (conformada por asociaciones de AT, instituciones educativas, Ats y especialistas del ámbito de la Salud Mental y la Educación, del cual fui parte en la coordinación del Equipo Técnico), organizada para la regulación de la práctica, que implicó casi 4 años de tarea, a pulmón, promovida por el Ministerio de Salud provincial, Dirección de Salud Mental. Esta formulación quedó plasmada en las Resoluciones interministeriales 1014/14 y 1221/15, de Tecnicatura de AT, que en estos cuatro años se está implementando en numerosos institutos educativos terciarios, y universidades, de la Provincia de Buenos Aires. En 2020 queda que se materialice la matriculación planteada en aquel momento, así como una Ley Provincial de AT.
En relación a estos avances, algunas definiciones acerca de lo específico de la tarea del acompañante terapéutico planteadas en la Edición original en papel (2007-2013), requieren complementarse con este marco normativo, que va inscribiendo socialmente al AT entre otras intervenciones en Salud Mental, en problemáticas del consumo, en la infancia, en la vejez, así como en modalidades de trabajo acordes a situaciones de vulnerabilidad, en ese cruce con problemáticas socio-comunitarias. Hubo diversidad de publicaciones en algo más de una década, y todos los aportes que se hagan de manera consistente resultan en este sentido imprescindibles, con una premisa -ya planteada desde la primera edición- que sostenemos: la necesidad de construcción de una matriz teórico-práctica específica del acompañamiento terapéutico, como fundamento que propongo e impulso desde mis primeras publicaciones, en los inicios de los años ´90. Ese marco teórico-práctico, esos puntos de sustento sobre los que seguí escribiendo estos años, espero se plasmen próximamente en un nuevo libro, que resignifique estas orientaciones y nos abra a otros interlocutores. Ayer y hoy, proponemos dar cuenta de la experiencia novedosa del AT, por el tiempo y espacio tan particular donde se desarrolla, por su modo vincular basado en la horizontalidad de la terapéutica y en la cercanía. A su vez, otra perspectiva que mantiene plena vigencia aún en este texto en formato original, es la necesidad de diferenciar su rol respecto a otras roles del campo profesional donde se desempeña, al confundirse muchas veces con la figura del/la “cuidador/a” o asistente, pero también con intervenciones de la enfermería, psicología, psicopedagogía, trabajo social, y otras actividades con las cuales resulta primordial establecer de manera cada vez más precisa las diferencias.
Como contrapartida, sigue existiendo una preocupante oferta indiscriminada de cursos y otras instancias que se promueven para “capacitar” en forma “rápida” en AT, con salida laboral segura, difundiéndose como “oficiales” mediante la confusa apelación a números de convenios con organismos estatales e inadecuados nexos con la inscripción de esos institutos como personas jurídicas (para utilizar el término “oficial” en certificados de nula validez). Estos Centros, más que educativos resultan empresas que comercializan de forma desleal con la necesidad de trabajo y de formación, siendo denigrantes para el rol del AT, al suprimir toda la complejidad de su función, además de menospreciar la problemática de salud que padecen las personas acompañadas y sus familias. Hubo en este tiempo cierta agresión de algunos grupos de Ats hacia otros profesionales, en especial psicólogas/os y psicopedagogas/os, por entender que serían “perjudiciales” hacia las/los acompañantes terapéuticos, porque supuestamente se apropiarían de sus tareas, confundiendo reclamos laborales, gremiales, con temáticas que hacen al desarrollo de las especialidades y profesiones, desestimando la posibilidad de interlocución teórico-práctica, de confluencias, desde lo propio de cada tarea. Quienes generan mayores perjuicios a la figura y el campo del AT son estos Centros a los que aludía, quienes proponen programas educativos sin considerar lo propio del AT (sin conocimientos ni experiencia en la temática, ni requerir siquiera el título de escolaridad secundaria), y aquellos que se promueven como acompañantes terapéuticos sin contar con la formación adecuada. Más de una vez leemos en redes sociales (las otras redes) la búsqueda de información para responder a requerimientos técnico-profesionales, desde Planes de tratamiento a diagnósticos, como si se reemplazara la formación pertinente con preguntas a Google, Siri, o a les amigues de Facebook: por esto mismo, se trata hoy más que nunca de valorizar la sistematización de conceptos y la formación responsable, a la vez que proponemos generar vías de comunicación más accesibles, con formatos de acceso al conocimiento que utilicen lo mejor de la tecnología actual.
Por su parte, junto a estas cuestiones se hace cada vez más necesario contar con un marco legal y las consecuentes normativas en cada jurisdicción. En este punto, cabe destacar que se avanzó en varias provincias de Argentina con leyes propias, aunque siguen planteándose importantes dificultades para el reconocimiento laboral y contar con las condiciones adecuadas para el desempeño profesional (repitiéndose la precariedad en las formas de trabajo). Y en especial continúa pendiente el logro de una Ley Nacional de AT, incluyendo esta prestación terapéutica en el Programa Médico Obligatorio -PMO-, en el nomenclador nacional que permita cubrir la atención para una importante cantidad de familias y de personas que requieren de este dispositivo, y muchas veces no cuentan con este apoyo en la cotidianeidad. Quienes en estos años accedieron al libro en papel, se han encontrado con modificaciones en algunos capítulos desde 2013, por las implicancias que ha tenido en Argentina la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental (Nro. 26657, 2010), así como los instrumentos ligados a un mayor reconocimiento de Derechos, en particular en nuestro campo hacia las personas con discapacidad, que tuvo efectos en la obligación de las instituciones a solventar esta práctica.
Agradecido por siempre con la Editorial Polemos por su iniciativa, el libro fue publicado en su primer edición en papel en 2007, actualizado en las 2 ediciones siguientes (2010 y 2013), y ha contado con una cuarta publicación en 2019 a manera de reimpresión, que no tuvo distribución en las provincias y el exterior. En relación a esto, dado que los pedidos para su envío son reiterados, con este formato de Ebook trato de subsanar esas solicitudes. Con esta gran excepcionalidad que produce la Pandemia del Covid19, de tanto impacto a nivel mundial para la vida cotidiana; para los modos de estudio y de comunicación, el formato digital también resulta una vía sustancial de acceso a los conocimientos, que en nuestro caso implicó en estas semanas mayores demandas respecto al libro en distintas Tecnicaturas de AT y espacios de capacitación.
Finalmente, los avances en la temática de género, así como en distintas perspectivas de Derechos respecto a las consideradas minorías, las connotaciones en el uso del lenguaje que han generado interesantes debates en estos años, son cuestiones en las que espero contar con la indulgencia del lector, al menos en algunos pasajes de la redacción de este texto, que he definido dejar casi sin correcciones en su versión de 2013/2019. También como producto de la puesta en marcha de la Ley Nacional de Salud Mental, se incorporó el uso de términos cuya inclusión en la redacción ameritaría otros recorridos y consideraciones. En síntesis, porque su vigencia implica abrir a nuevos debates y aportar a interrogaciones aún en curso, es que proponemos este Libro Digital como un espacio de creación de nuevas Redes, por un horizonte actualizado para sus Interlocutores, con mayúsculas. Nos leemos.

Gustavo Rossi, Abril de 2020.